Hay muchas cosas de Australia que nos gustan, pero os vamos
a contar esos detalles que hacen que aquí te sientas feliz. Nos gusta el culto
de los australianos al aire libre y a la naturaleza, viajar en campervan es lo
más sencillo del mundo, hay facilidades en todas partes, pero lo mejor son las
barbacoas públicas que funcionan con electricidad o gas. Y no es que haya una o
dos, no no no, en cada pueblo, parque, área de descanso, área de picnic…puedes
encontrar barbacoas impecables (porque aquí todos tienen consciencia de grupo y
las limpian más que si fueran suyas) para hacerte una buena parrillada con la
carne que le has comprado al carnicero del pueblo que te ha atendido con la
mejor sonrisa del mundo. Y éste es otro de los detalles, ya puede ser una persona
mayor, joven, de aquí o de allá, carnicero, dependiente del súper, de la
gasolinera, un transeúnte que te cruzas por la calle, tu vecino de
caravana…TODOS te van a saludar y a hacerte la vida más fácil con su ayuda y con
una sonrisa de oreja a oreja. Porque los australianos son felices, no todos lo
deben ser, claro, pero la sensación general que tienes en este país es de
seguridad, tranquilidad, amabilidad y facilidad. Y bueno, viven un poco al
margen del resto del mundo, vale, pero es que su país es tan enorme y
autosuficiente que no necesitan más.
Más detalles que nos gustan…¡ah sí! ¡Nos encanta poder
comprar en ruta! En las áreas de servicio o descanso hay camionetas que vienen
directamente del campo con las verduras recién recogidas, pero esto no es lo
mejor…hay mucha gente que vende o regala fruta, verduras, hielo o huevos en sus
casas o granjas, cada mañana dejan lo que tengan para vender en la entrada de
su propiedad con una cajita al lado con los precios de cada cosa. Tú lo coges y
dejas el dinero en la caja. Los que lo regalan siempre dejan un cartelito explicando
qué tipo de fruta es con el unas palabras de agradecimiento por ayudar a
consumir su excedente…¿ellos me lo agradecen a mi? ¡El mundo al revés!
Cada día nos pasan cosas nuevas que nos reafirman que nos
gusta esta tierra, pero sería imposible contarlas todas…vamos a centrarnos en
nuestra ruta por el sureste australiano. Tal y como decidisteis, lectores,
nuestra ruta de Sydney a Melbourne la hemos hecho por la costa. Hemos seguido
todas la Tourist Drive (como llaman aquí a las carreteras con buenas vistas y
paisajes) para disfrutar del azul más intenso que hemos visto hasta ahora, las
playas más infinitas y solitarias, las carreteras más extremas y los
pueblecitos más encantadores.
Para que os hagáis una idea, un trayecto que sin pausas es
de 1.000 km, nosotras lo hemos hecho en 2.000 km…¡el doble! Pero es que los
Australianos saben cómo llamar tu atención y tienen una capacidad de sacarle
partido a todo que nunca habíamos visto antes. Me explico, en cada región hay
dos o tres Visitor Center donde puedes pasar horas recopilando información,
folletos, flyers y rutas por la zona. Siempre tienes a un par de informadores
que te responderán a todas tus preguntas sea un domingo a las 4 de la tarde o
un lunes a las 9 de la mañana, y además se interesarán por tu procedencia y tus
impresiones en su país. Con eso consiguen mostrar cada uno de los rincones
bonitos de su región, sin que algunas zonas dejen de tener interés porque no
tienen la gran barrera de coral o una montaña sagrada llamada Uluru.
Las facilidades para el visitante no se quedan aquí, hay
baños públicos en todas partes, piscinas gratuitas, duchas en las playas,
barbacoas, zonas de picnic…y todo eso en un marco que pasa del verde al rojo al
azul y al negro en un abrir y cerrar de ojos. Si queréis información detallada de nuestra ruta la encontraréis en el apartado NUESTRA RUTA.
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