domingo, 25 de septiembre de 2011

EN TIERRAS KHMER

¿A alguien le dice algo el nombre de Pol Pot?
Pol Pot viene de la abreviación en inglés de POLitical POTence, curioso nombre para el líder de los Khmer Rouge, quizás un poco ambiciosa, ¿verdad? Saloth Sar, su verdadero nombre, estudió en París y aprendió en China todo lo que necesitó saber para liderar al ejército comunista de los Khmer Rouge. Como en casi todos los países colonizados, la guerra por la independencia en Cambodia fue el preámbulo de una sangrienta guerra civil por el poder. Proclamados vencedores, los Khmer Rouge tomaron la ciudad de Phnom Penh el 17 de abril de 1975. El pueblo cambodiano sólo disfrutó de 3 horas de paz. El comunismo radical de los Khmer Rouge se basaba en esclavizar a toda la población en el campo con jornadas de 25 horas de trabajo para cultivar el arroz que después venderían a sus países vecinos a cambio de armas. Los intelectuales, los maestros, los estudiantes, aquellos que hablaban otras lenguas y los artistas fueron encarcelados, torturados y asesinados por ser posibles espías de la CIA o el KGB. El conflicto acabó en 1979 con la ayuda de los Vietnamitas, pero de 8 millones de personas 2 millones perecieron en este genocidio en el que la única escapatoria a la muerte era matar.

Nuestra décima frontera fue cruzada sin pena ni gloria. Dejamos algo apenadas Lao con la esperanza de que Cambodia también fuera un diamante en bruto. Llegamos a Kratie con la compañía de Ernest e hicimos nuestras primeras prospecciones en la zona, ni rastro de sticky rice ni de Beer Lao y a cambio el sabroso Loc Lac y la Angkor Beer. Kratie no brilla por ser una ciudad seductora, pero tiene algo de especial: el delfín de Irawadi, de agua dulce, muy tímido y en grave peligro de extinción.

Otra agradable sorpresa en Kratie fue reencontramos con Valérie, Gérard, Dany y Martial con los que seguimos nuestro viaje por Camboya, es agradable tener compañía cuando no hablas ni 5 palabra de Khmer…Todos nos dirigíamos a la capital: Phnom Penh, nerviosos por ver qué había quedado después del destructor huracán Khmer Rouge. Impresionante, esa ciudad no sólo había recobrado la vida, sino que se notaba en cada gesto el esfuerzo por borrar el pasado oscuro y volver a ser la ciudad de antaño. Sin embargo, la herida no está cicatrizada y nadie pretende ocultarlo.

En Phnom Penh también hay miseria y aún mucho dolor. Visitar el antiguo colegio de Tuol Sleng, o S21 como le llamaron los Khmer Rouge cuando lo convirtieron en una cárcel, nos demostró que la mejor manera de cicatrizar una herida es mostrándola con toda su crueldad, un ejemplo que algunos deberíamos aprender. Fotografías de las víctimas tomadas por sus asesinos y de los asesinos también, centenares de celdas de 2 m2, instrumentos de tortura, desolación y la palabra de algunos supervivientes…tal y como lo dejaron.

Pero Phnom Penh también está lleno de sitios bonitos, elegantes edificios, buenos restaurantes y una isla plagada de niños dispuestos a hacerte pasar un día divertido, vacas blancas y mujeres que tejen coloridos foulards de seda y algodón.

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