Con 32.000 km de costa australiana, ¿quién querría
adentrarse en las calurosas tierras del outback? La trama urbana de este país,
cuando lo miras en un mapa, se va desdibujando a medida que te alejas de la
costa hasta dejar un misterioso centro casi deshabitado que sólo los aborígenes
conocen a la perfección. Pero hay dos maravillas escondidas en ese mundo
aparte; Uluru es una formación rocosa inmensa, de 9,4 km de perímetro y 348 m
de alto, que ha sobrevivido a la erosión y se erige solitaria en medio de la
planicie del desierto en el sur de Northern Territory; la segunda es el lago Eyre
de 9.500 km2 de superficie, que pasa de estar seco a tener su cota
máxima dos veces cada 100 años en medio del desierto como consecuencia a las
inundaciones de norte. Este acontecimiento lo convierte por poco tiempo en casi
un mar ya que cuando está lleno es el lago más grande de Australia.
Durante mucho tiempo algunos
exploradores afirmaban haber visto una superficie de agua que daba vida a muchas
de las especies autóctonas, cuando otros iban en su búsqueda no encontraban más
que desierto.
Nosotras no llegamos tan adentro, no con nuestra Mate del
87, pero el interior del país nos llamaba la atención, así que decidimos cruzar
3 estados (Victoria, New South Wales y Queensland) por su cara desconocida. El
paisaje en Australia es muy cambiante, tanto que pasamos de bosques, montañas,
curvas y frío a carreteras rectas, sofocantes y con la tierra agrietada. Ya que
íbamos a cambiar el entorno, ¿Por qué no cambiar también nuestro modus vivendi?
Dormir en la furgo está muy bien cuando hace fresquito y consigues una zona
sombreada, pero cuando las condiciones no acompañan puede ser una pesadilla; la
furgo se calienta hasta convertirse en un horno y tarda horas en enfriarse, las
puertas y ventanas deben permanecer cerradas si no tienen mosquitera por las
visitas de serpientes y arañas (y os aseguramos que son frecuentes), si además
los parques naturales escasean entonces estamos perdidas.
Solución: Couchsurfing. Y no sólo por no morir ahogadas en
nuestra lata de sardinas, sino porque estar en compañía de gente risueña,
acogedora y hospitalaria siempre es agradable…y ahí empieza nuestro maratón de
sofás:
Cumnock: Conocemos a Nicole y Alf en un camping y nos invitan
a pasar unos días en su casa de la pradera en una pequeña localidad de 300
habitantes perdida entre granjas y preciosos paisajes. Compartimos la casa con
ellos, Spider (el perro), Ollie (el búho), gallinas, loros de colores y una
plantación de verduras gigantes…¡una experiencia campestre e inolvidable!
Dubbo: De vuelta a la ciudad nos acogen Alex, Michael y Phil
en su casa con huerto ecológico. Dubbo está bien, tiene río, muchos parques,
una buena galería de arte y mucha vida. Pasamos unos días entre batallitas de
viajes (Alex y Michael también han dado
la vuelta al mundo) y recetas de cocina (Phil es el chef del restaurante del
zoo de la ciudad).
Moree: Es una de las poblaciones con mayor número de
habitantes aborígenes (sólo son un 2% sobre la población total en Australia y
en Moree están al 50%) y Tom y Jenny son ambos profesores de la escuela
primaria, así que nos dan una visión bastante más optimista de la integración
de culturas. Visitamos un museo de arte aborigen y nos bañamos en las termas naturales
con agua a 40ºC con un temperatura sofocante, pero no hemos hecho 600 km para
no bañarnos, ¿verdad? Tom y Jenny conviven con Dog, una Python Australiana que nos hace perder un poco el miedo a una de las especies más numeroso del país.
Toowoomba: Un cambio de aires. Es una ciudad que está a unos
800 m sobre el nivel del mar y relativamente cerca de la costa, así que
volvemos a desenfundar los jerséis por la noche. Tamara y Cindy viven en una
preciosa casa de madera tradicional (victorian les llaman) con unas vistas
increíbles sobre el valle y rodeadas de canguros. Tamara es una de las mejores
cocineras que hemos conocido nunca (exceptuando a nuestras madres), no hay que
decir más…
Gayndah: Lo más parecido a lo que entendemos por interior.
Con un calor húmedo de esos que se pega y no te deja respirar pasamos unos días
muy agradables con Andrew y Jess en su granja que restauran lentamente y que en
un futuro albergará una plantación de ajo, algunas vacas y espacio suficiente
para los “fruit pickers” temporales. Es un lugar remoto, pero de esos que te
encantan con sus paisajes bañados por lagos y un inmenso río que da vida a la
región.
Hervey Bay: Dejamos el interior para volver a la costa, pero
esta vez la cálida, la norte. ¿Y cómo nos recibe? Lluvia, lluvia y lluvia. Por
suerte Axel nos abre las puertas de su casa y pasamos unos días entre
guitarras, músicos e intentos de salir de excursión a Fraser Island…imposible. Al final decidimos conducir hasta Rainbow
Beach y la jugada nos sale redonda: descubrimos una playa solitaria y preciosa
y conseguimos cruzar con el ferry y pasar todo el día trotando con un autobús
4x4 por las infinitas playas y lagos de Fraser!
Mount Tamborine: este desconocido paraje se encuentra a
menos de 1 hora de Brisbane, en lo alto de una montaña. No habíamos leído nada,
nadie nos había hablado del lugar, pero Berni y Simon nos invitaron a
descubrirlo. ¡Y qué lugar! Podríamos decir que ha pasado de desconocido a estar
entre los top 10 de Australia, un escenario montañoso, húmedo y selvático con
vistas al mar…un lugar de artistas, granjeros y amantes de la naturaleza; Berni
pertenece al primero y al último y tanto ella cono Mount Tamborine son
diamantes en bruto!
Coffs Harbour: otro diamante desconocido, una ciudad escondida
entre playas vírgenes, tablas de surf e islas solitarias. Un sitio agradable
que se ha convertido en especial gracias a Sue, la madre de Tom (couchsurfer en
Moree), y Murphy, su simpático perro, que nos acogieron y cuidaron como a su
propia familia. Y gracias también a Larissa y el divertido George, con los que
hemos compartido nuestras aventuras y tardes idílicas paseando por la playa.
Nos espera el tramo final de viaje que lo queremos dedicar a
los parques naturales que han sido nuestra vida en la ruta en furgo por Australia.
Un viaje que habrá durado 2 meses y medio y que sólo ha sido el aperitivo que
deja las puertas abiertas a futuras expediciones por el país para descubrir
Northern Territory y Western Australia.
Quants nous amics A&A que heu fet!
ResponderEliminarQue acabeu de xal.lar els parcs australians!
Una abraçada
Ha estat meravellós! Ja veureu que els australians son genials.
EliminarAra ja tornem a estar a Sydney pensant en el proper destí :)