lunes, 6 de febrero de 2012

LA VIDA EN CINCO METROS CÚBICOS

Abres los ojos y tardas unos segundos en recordar dónde estás. ¡Ah sí! En el Bend Boyd National Park. Abres la puerta corredera lateral y sacas un pié para saber qué temperatura hace, según lo que notas ahí fuera te pones los pantalones de montaña o los cortos, calcetines o chanclas, chaqueta o bikini. El tiempo en Australia es así, pasas del calor extremo al frío antártico en horas.


Sales del cubículo y corres al baño público del parque; abres la puerta, comprobación de arañas y papel. Vale. Te desperezas al salir y notas el viento helado de cara, haga frío o calor el viento es omnipresente en Australia. Vuelves a tu habitación de cinco metros cúbicos y los conviertes en una furgoneta. Dobla sábanas, recoge manta, enrolla el colchón y mueve las mochilas de adelante a atrás. ¡Ya está!




La mesa, las sillas, el fogón y el gas siguen en el jardín. ¡Bien! La parte trasera de la furgoneta se convierte en almacén y cocina. Desayunamos mientras repasamos el plan del día, qué bonito se ve el jardín por la mañana, los árboles son inmensos y de fondo canta el pájaro-mono.



Nos ponemos en marcha, hoy toca visita+baño+compras+100 km hacia el sur por la costa. El parque es grande y los caminos arenosos y llenos de agujeros, hay que conducir despacio. Hemos renunciado al GPS, nos sentimos más cómodas con los mapas (¿seremos anticuadas?). Nos perdemos un par de veces, pero encontramos nuestro objeto de visita, caminamos, nos maravillamos, unas fotos, comemos unas frutas con vistas y seguimos el camino hacia la playa.

Las playas australianas suelen ser enormes, solitarias y muy salvajes. El viento sopla fuerte y el color azul es tan intenso que puedes quedarte horas mirándolo, nunca habíamos visto un color igual. Metemos un pié y siempre pasa lo mismo, la valiente sigue adelante y la friolera tira para atrás….mejor hacer unas fotos…

Cuando el viento y las moscas empiezan a ser insoportables nos marchamos. Tenemos que encontrar una ducha para quitarnos la sal y hacer el resto de actividades previstas, vamos mal de tiempo y eso que el sol se pone a las 21h…Y hablando de duchas, tomar una ducha es de lo más difícil en un road trip. Llevamos una ducha solar, una bolsa negra que calienta el agua con el sol, pero en los parques nacionales ni tenemos puntos de agua ni es apropiado utilizar jabón. La alternativa es una ducha fría sin jabón en las instalaciones de las playas urbanas o, si hay suerte, encontrar un camping con entrada para visitantes.


Comprar es más fácil, hay supermercados en casi todas las poblaciones. Nuestras provisiones suelen ser enlatadas y cada unos cuantos días compramos carne al carnicero y verduras y frutas frescas. Pasar la tarde en el súper significa tener que ponerse la ropa de invierno para no morir congeladas mientras escogemos si leche entera o desnatada.

Quedan aún los 100 km que recorremos lentamente (80 km/h es una velocidad más que suficiente para nuestra Mitsubishi Delica del  87), pero los trayectos siempre son agradables, buenas vistas, buena compañía y buena música cuando encontramos alguna emisora, eso sí, os advertimos que los australianos son unos amantes empedernidos de los hits de los 90…

La mejor compra que hicimos al iniciar la ruta ha sido nuestro libro de camp grounds gratuitos o asequibles en los Parques Nacionales, Regionales o Estatales de Australia, lo único que le falla al libro es que las descripciones no son del todo completas y nos perdemos un par de veces antes de encontrar la entrada al Parque, pero eso ya entra en nuestro timming.

Llegamos, escogemos nuestro nuevo jardín y montamos mesa, sillas, fogón y gas. Cocinamos alegremente mientras estudiamos los 300 papeles que hemos cogido en el Visitor Centre y preparamos la ruta del día siguiente.



Oscurece, partidita a las cartas y convertimos la furgoneta en nuestra habitación de cinco metros cúbicos. Cierras los ojos y recuerdas lo rápido que pasan los días en las antípodas.

9 comentarios:

  1. Una vez un chico que viajaba en autostop en plan barato y durmiendo en cualquier parte me contó que una buena opción para las duchas, si no hay ninguna opción gratis, es pagar la entrada de un día en un gimnasio o piscina.

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    1. Gracias por el consejo...lo pondremos en práctica, ya veréis que limpias y musculadas estaremos en unos días!

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    2. A mi me pareció muy ingenioso, ya me contaréis si funciona! :)

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  2. Uau, ¡esa tortilla de patatas tiene muy buena pinta!

    Tengo varias preguntas, quizás algo indiscretas: ¿quién es la valiente y quien es la friolera? Y, ¿quién gana más puntos a las cartas?

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    1. ¡La valiente es la que no hace la tortilla de patatas y la friolera la que recibe todos los puntos!

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    2. Esto parece un juego de lógica! xD

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