Nosotras escogimos como destino el norte de Chile para combinarlo con la zona andina boliviana del salar de Uyuni. El desierto de Atacama se encuentra en la franja más ancha de Chile, de 400km, y está a 2.500m sobre el nivel del mar. Desde el altiplano puedes contemplar la cordillera andina de 6.000m y la cordillera de la sal.
Por encima de 4000 m la vegetación es inexistente, los lagos
se hielan y con suerte encuentras alguna vicuña despistada, el resto de animales
andinos (llamas, alpacas y guanacos) prefieren quedarse en cotas más bajas.
La aclimatación es básica, a partir de los 2.000m el oxígeno
empieza a escasear y tu presión corporal aumenta. Tienes que moverte lentamente
y controlar los movimientos bruscos, de lo contrario podrías marearte hasta
perder el conocimiento. El mal de altura puede producir dolor de cabeza,
náuseas y hasta vómitos. Una buena aclimatación y mascar hojas de coca ayudan a
prevenir estos síntomas.
Empezamos nuestra ruta chilena en Santiago, una ciudad de
reencuentros. Marc y Paulina nos acogieron en su casa y por fin conocimos a su
hijo Ferran, pudimos compartir unas horas con Daisy y Francisco después de
nuestros días juntos en Rapa Nui, y nos reunimos con Eli para recorrer un trozo
de Sudamérica juntas. Sí, sí, la misma Eli que ya nos visitó en Lao hace unos
meses.
Una vez el trío reunido emprendimos rumbo al desierto de Atacama dispuestas a disfrutar de puestas de sol espectaculares, lagunas de sal que te hacen flotar como en el mar Muerto, recorrer caminos de arena en bici y adentrarnos entre grutas estrechas y oscuras con nuestros frontales.
Mientras, intentábamos cuadrar agendas con nuestros
compañeros virtuales de viaje Marta y Gerard de DándolelaVuelta. Finalmente el encuentro fue posible en Uyuni
y pudimos comprobar que son personas físicas y tangibles con las que teníamos
muchas cosas en común. Una vez allí cada uno visitó el salar a su manera, unos
en jeep, otros en autobús público, y Eli fue capaz de hacerlo todo.
Como la aclimatación a la altura y al frío había sido
soportable para todo el grupo, decidimos seguir juntos hacia Potosi, la ciudad
más alta del mundo.
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