lunes, 30 de abril de 2012

SURCANDO EL PACÍFICO

La Polinesia Francesa está formada por varios archipiélagos que dependen administrativamente de Francia desde la segunda mitad del s.XIX. Lo primero que sorprende al llegar a Papeete, la capital, es entrar al país por la cola de ciudadanos de la UE, sin sellos ni colas. Lo segundo, entrar en una isla tropical donde la mayoría de gente se autoabastece con la pesca y la agricultura, pero donde los precios del los servicios son desorbitados: 500 € para volar de una isla a otra, 1,5 €/l de gasolina, 7 €/hora de internet, 30 € por una cena en un puesto callejero…Pero aquí los sueldos de los que encuantran un empleo (hay pocos, pero afortunadamente los locales tienen preferencia siempre) doblan o triplican los nuestros y el gobierno francés pone todo su empeño por dar subvenciones, ayudas y créditos…¿lo harán por intentar compesar el daño que hicieron cuando, pactado o no, convirtieron estas islas del Pacífico en zona de ensayos nucleares desde 1963?


Sea como sea, tienen una deuda que no conseguirán saldar con dinero. Quizás lo mejor es lo que defiende una parte creciente de la población: la independencia. Teri’i es uno de ellos, cree en su tierra, en su lengua, intenta recuperar su cultura machacada por los misioneros y sabe que este cambio conllevaría algunos pasos atrás que tendrán que aprender a enfrentar y  lidiar. Junto a Teri’i, Christelle y sus 5 hijos pasamos una enriquecedora semana en su cámping Hiva Plage en Huahine.



Llegar y salir de la isla no fue fácil si no te dejas convencer por las facilidades de viajar en avión o si los 500 € no te convencen…Las comunicaciones marítimas son escasas, sólo hay dos barcos a la semana que hacen el recorrido entre las islas de la Société, barcos cargueros que aceptan a 10 pasajeros y algunos polizones. Los billetes, que cuestan 50 veces menos que los de avión, se tienen que comprar con mucha antelación. Y si no llegas a tiempo, nosotras teniamos 2 y eramos 3, tienes que esperar a que el barco esté a punto de zarpar para saltar a bordo…le tocó a Marta.

Zarpamos a las 17h y llegamos a Huahine a las 2h de la mañana…la primera isla en la que para el carguero, menos mal…Esperamos hasta las 6h de la mañana, durmiendo en la parada de los tomates, hasta que el sol empezó a dar luz a una isla de colores mágicos y montañas moldeadas. Nos quedamos embobadas hasta que llegó Christelle y nos llevó al cámping, al sur de la isla. Si el puerto de Fare nos pareció encantador, la playa de Parea nos dejó sin palabras. Montamos tiendas, bikini, gafas y a bucear…


 Teri’i puso mucho empeño en descubrirnos los secretos de su isla, nos encanta escuchar a aquellos que aman sus raíces. Nos llevó a ver los entrenamientos de va’a (piragua) a una playa muy tranquila, nos llevó a las montañas sagradas y nos explicó los rituales de sus ancestros, hicimos una excursión en bicicleta hasta una zona remota de la isla donde nos sentimos protagonistas de una mezcla entre peli de aventuras en la jungla y de náufragos…Y el resto de horas a jugar con los niños, ellos nos enseñaban los secretos del mar y nosotras los del circo.


Y llegó la hora de irnos, pero esta vez por la puerta grande: un ferry de pasajeros que nos dejaría en Tahití en sólo 4 horas y que sólo hace el trayecto una vez por semana. Afortunadas…no tanto. No tardamos ni 30 minutos en empezar a notar los achaques de las olas contra el casco, y las siguientes 3 horas y media las pasamos cogidas a una bolsa de plástico, obviaremos los detalles. Pero la vuelta a Tahití iba a durar poco porque nos esperaba otra aventura: ¡llegar a Raivavae!

lunes, 23 de abril de 2012

¡IA ORANA POLINESIA!

Coged otra vez el atlas…”otra vez” pensaréis, ¡pero es que aún hay muchas cosas que descubrir! Abrid por la página del océano Pacífico y fijaros en los centenares de puntos que aparecen en medio del mapa, ¿los veis? Quizás necesitaréis una lupa…¡cada uno de esos puntos es una isla! Y se agrupan en grandes archipiélagos: Micronesia, Melanesia, Polinesia…que a su vez se agrupan en pequeños archipiélagos: Tuamotu, Marquises, Gambiers, Australes, Société…que a su vez algunas se subagrupan en pequeños archipiélagos: Îles du vent, Îles sous le vent…




En un panorama isleño de este calibre había que buscar una explicación que encontramos en el Musée des Îles de Tahiti (Tahiti – Îles du vent – Société – Polinesia): todas estas islas son volcanes, desde las más pequeñas hasta las más grandes que forman Aotearoa (New Zealand). Casi todos los volcanes están inactivos, pero hay dos puntos en toda esta explicación que nos han llamado la atención: el primero tiene que ver con el movimiento de placas tectónicas. Todos estos archipiélagos comparten la misma placa que tiene su falla cerca del continente americano de manera que toda la placa está en constante deriva hacia el oeste, ¿acabarán estas islas formando parte de otro continente?

El segundo punto tampoco es esperanzador para el futuro de las islas existentes ya que todos estos volcanes están en constante movimiento y se sumergen poco a poco debajo del agua. Las islas más antiguas ya no se ven, lo único que queda de ellas es una corona de corales que empezaron a formarse hace millones de años en las faldas de la montaña y que ahora siguen reproduciéndose y marcando el perímetro del antiguo volcán, a este tipo de islas se las conoce como atolls. Eso quiere decir que Tahiti, Moorea, Huahine, Bora Bora, Raiatea, Raivavae y el resto de islas que conservan su volcán acabarán desapareciendo bajo el agua y sólo las recordaremos por su gran barrera de corales.

Pero para que esto ocurra aún quedan millones de años y de aquí a entonces se habrán formado nuevas islas volcánicas, así que no os preocupéis…siempre estaréis a tiempo para visitar las islas del Pacífico…si no fuera por Marta, nosotras tampoco estaríamos aquí.



La relación de Marta con la Polinesia empezó hace 3 años, en un viaje de mochila al paraíso de sus sueños. De la mochila pasó a la maleta y de la maleta a enviar 3 cajas en barco e instalarse en Papeete, la capital de Tahiti. Cuando llegamos nos recibió con un collar de flores a la Tahitien y nos puso al día de la cultura y las costumbres locales, la verdad es que sólo le falta una trenza hasta las rodillas para confundirse con el resto.



Tahiti es una isla preciosa formada por dos volcanes. La grande Tahiti Nui es moderna y acelerada y la pequeña, Tahiti Iti, tranquila y tradicional. Las dos destacan por sus enormes montañas verdes y casi inaccesibles, cascadas, ríos salvajes y aguas cristalinas. El surf reina en todas las playas y los locales son extremadamente amables y generosos. Al ser Protectorado Francés hay una mezcla tanto de alimentos como de cultura y gestión difícil de entender, pero en harmonía. No obstante, se están perdiendo muchas tradiciones locales únicas, la más impresionante, la navegación guiada por la astronomía.



Lo que más nos impresiona en Tahiti son las puestas de sol, ¡cada día diferentes! A 25 km de la isla, al oeste y en frente de Papeete, se encuentra Moorea. Otra imponente isla de colores mágicos que atrae la mirada desde cualquier ángulo. El sol se pone detrás de Moorea cada día como diciendo “si quieres saber lo que hay aquí detrás, ven a descubrirlo”…Y ya sabéis que a nosotras no hace falta que nos digan las cosas dos veces…¡Moorea nos espera!


sábado, 21 de abril de 2012

¡SALIMOS EN LA VANGUARDIA!

El periódico La Vanguardia tiene una sección dedicada a La vuelta al Mundo. Cada semana escogen un blog y lo publican para dar difusión de todos aquellos que hemos decidido emprender un largo viaje.


¡Y esta semana nos han elegido a nosotras! Aquí lo tenéis...


Artículo de La Vanguardia: Cómo hacer realidad planes imposibles


¡Esperamos que os guste!

sábado, 14 de abril de 2012

FOTO DEL MES GANADORA: AUSTRALIA

Ya tenemos una foto del mes ganadora muy esperada: Australia. Las votaciones han sido determinantes, parece que todos relacionamos Australia con sus animales más simpáticos, así que ya tenemos una ganadora y ya está publicada en el blog de Panasonic.

Podéis consultarla aquí
 o en el enlace de Panasonic en el lateral de nuestra web, donde podréis conocer los detalles técnicos de la foto así como la historia que hay detrás de ella y alguna anécdota divertida.

¡Ya hemos empezado a preparar la próxima foto del mes!

martes, 10 de abril de 2012

FOTO DEL MES: NEW ZEALAND

¡Aquí tenéis las nuevas candidatas a foto del mes, esta vez de New Zealand, uno de los países más especiales que hemos visitado y que nos ha robado el corazón! Sus paisajes son únicos, casi de otro planeta: lagos azul cielo, montañas gigantescas, paisajes lunares…no nos extraña que lo escogieran para rodar la película Lord of the Rings. Estas son las 5 fotos finalistas para la foto del mes. Tenéis dos semanas para votar y decidir cuál será la foto ganadora que se publicará en el blog de Panasonic.

Recordad que a parte de los comentarios que nos queráis dejar, que nos encantan, tenéis que votar en el apartado de VOTACIONES en el lateral derecho del blog.

¡Éstas son!



FOTO #1




FOTO #2




FOTO #3




FOTO #4



FOTO #5

viernes, 6 de abril de 2012

EN LA ISLA NORTE DE NEW ZEALAND


Hasta el momento se han propuesto 3 teorías sobre la población de las islas del pacífico: la primera defendía que en épocas glaciares las islas pertenecían a un gran continente posteriormente sumergido (geológicamente rebatida); la segunda defendía una migración masiva de los indígenas asiáticos y una minoría de americanos (antropológicamente rebatida) y la tercera y que ha sobrevivido hasta hoy, pese a que sigue siendo sólo una teoría, habla de una migración muy lenta desde el sureste asiático.


Se cree que la migración no fue masiva ya que se tardaron más de dos siglos en definirse la cultura polinesia que se asentó en la isla de Samoa. Asentada y desarrollada la cultura polinesia, Mahori en su lengua, siguió explorando el pacífico en busca de nuevas fuentes de alimentos y riquezas. Una a una fueron desembarcando en todas las islas del pacífico, guiándose por las estrellas y las migraciones de tortugas. Las últimas y también las más grandes de las islas a las que llegaron fueron la isla norte y sur de la rebautizada New Zealand hace tan sólo 800 años.


La isla norte de New Zealand no es tan extraterrestre como la sur a primera vista, hace falta recorrerla para descubrir sus encantos. Empezamos por Auckland, la capital, una ciudad con cierto encanto en la que encontramos a la que sería nuestra nueva compañera de viaje durante los siguientes 10 días, Natasha. Ella consiguió todo el material de acampada que necesitábamos para nuestra aventura en coche: tienda, mantas, cacharros de cocina y gas. Sólo nos faltaba esperar que no lloviera.

Y llovió…en Raglan, nuestra primera parada. Una encantadora zona de costa con arena negra, cascadas y montañas redondas. Por suerte sólo llovió por la noche, así que pudimos disfrutar del mar helado para hacer surf free style sin tabla y visitar los alrededores.


Pero la lluvia se quedó tan sólo en una anécdota porque ni el sol que nos acompañó hasta el final ni las mantas nos salvaron del frío de las cotas más altas de la isla, Tongariro National Park. El parque nacional más antiguo del país formado por una zona volcánica aún activa que da lugar a los mejores colores, paisajes y lagos de la isla norte que pudimos visitar en dos días de treking, posiblemente de los mejores que hayamos hecho nunca, en especial la ruta Tongariro Alpine Crossing. Un escenario perfecto para emplazar las tierras de Mordor y que visitamos siguiendo vuestras votaciones.


Cansadas, pero contentas decidimos poner rumbo a una zona más cálida como recompensa: Lago Taupo y Rotorua. Pese a ser un enclave turístico, con  casi todos sus atractivos privatizados a los que, por supuesto, no pretendíamos financiar, disfrutamos del amanecer en el lago, los rápidos de la Huka Fall y un baño muy caliente en una zona secreta que aún es pública.

El Taupo no es el único lago de la zona, es el más grande eso sí, pero si te paseas por el valle volcánico encuentras otros lagos desolados perfectos para acampar, nosotras escogimos el Rerewhakaaitu, con este nombre se lo merecía!


Y entre lagos y risas nos dimos cuenta que ya estábamos llegando a la etapa final de nuestra aventura por New Zealand y que nos quedaba un día para conducir de vuelta hasta Auckland y coger un avión que nos mandaría 23 horas atrás en el tiempo, a Tahiti. Y para celebrarlo un cena especial con piscina de agua caliente incluida en la remota población de Miranda: curry de garbanzos, chapati y vino local…