viernes, 26 de agosto de 2011

SABAIDEE!

La fiebre del dengue (conocida coloquialmente como fiebre rompehuesos) se contrae con la picadura de un mosquito y, por lo general, este virus sólo se extiende en zonas húmedas, por ejemplo la selva. Los efectos son fiebre altísima, dolor de cabeza, dolor de huesos y, en algunos casos, vómitos y diarrea. No existe ni vacuna ni medicación para el dengue, así que en caso de sentir los síntomas se recomienda ir a un médico urgentemente. El tratamiento para sobrellevar la enfermedad durante los 5 o 7 días que puede durar es con antitérmicos, 3-5 litros de agua con suero para evitar la deshidratación, vitaminas y reposo absoluto. Eli pasó así los últimos 5 días de sus vacaciones.

Llegar a Bangkok después de 3 meses en África es como aterrizar en otro planeta. Asfalto, tecnología, trenes, rascacielos…el taxista que nos acompañó hasta Tanao Rd. No daba crédito de nuestras caras, lo único que no había cambiado era nuestra limitación comunicativa, él no hablaba inglés ni nosotras thai. Esa misma tarde nos encontramos con María y Eli, decidimos nuestra ruta, echamos un rápido vistazo a Bangkok y nos pusimos en ruta hacia nuestro destino: Lao.

Antes de cambiar de país decidimos hacer una breve parada en Chiang Mai para recorrer sus callejuelas, sus templos, el mercado nocturno y disfrutar de los famosos masajes Thai antes de seguir nuestro camino. Después de unas cuantas horas en ruta, llegamos a la frontera listas para cruzar el Mekong bajo la lluvia monzónica que nos acompaña desde que pusimos un pie en Asia.
Hemos recorrido el norte de Lao usando como campamentos base las ciudades de Luang Nam Tha y Luang Prabang. La primera es una ciudad de 25.000 habitantes en medio de arrozales y jungla y es el centro de turismo responsable de Lao. Surcamos el Mekong con nuestra barca de rafting, recorrimos los alrededores en Mountain Bike y nos deleitamos con la gastronomía de su mercado nocturno.

Luang Prabang tiene unos 55.000 habitantes y es mucho más turística, pero a la vez es acogedora y el encanto de sus templos y callejones te atrapa. Está limitada por el río Mekong y el Nam Khan y puedes disfrutar de sus cascadas en una breve excursión en tuk.tuk.


La compañía de Eli y Maria ha sido breve pero intensa. Hemos compartido muchos buenos momentos, pero también unos días malos de visitas al médico y al hospital regional. Hemos aprendido como tratar el dengue y hemos conseguido acabar con él. Por suerte hemos podido contar con el respaldo de los laosianos y afortunadamente Luang Prabang es una ciudad con las infraestructuras suficientes para haber estado cómodas, pese al mal rato.
Queremos remarcar la amabilidad y educación de los tailandeses y laosianos, es muy fácil tratar con ellos y viajar por estos países es sencillo. Citando literalmente las palabras de nuestra amiga Marta “en Asia puedes conseguir todo lo que quieras y cuando no lo sabes, ellos lo adivinan y te lo consiguen”.

4 comentarios:

  1. Uns llocs fascinants la veritat! Cada dia en descobrim de nous!

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  2. Si es que lo que no le pase a Eli... Pero per sort tot solucionat! Chanchas I miss you!

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  3. Al final tot va sortir bé, va ser molt valenta! Nosaltres també et trobem a faltar!

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