lunes, 20 de junio de 2011

INHAMBANE, TERRA DA BOA GENTE

Cuando Vasco da Gama llegó en el año 1498 con sus carabelas a tierras mozambiqueñas, lo hizo por la provincia de Inhambane y al conocer a su población afirmó: “esta es terra da boa gente”.
Después de 2 días por Maputo recuperando nuestra mochila perdida, y paseando con Mari Ángeles y Daniel horas antes de nacer su primer hijo Nandel, subimos a nuestra primera “xapa” mozambiqueña que nos llevó hasta Inhambane. La ciudad nos recibió con los brazos abiertos y pronto pudimos comprobar que Vasco de Gama no se equivocó en su afirmación, eso era tierra de buena gente.


Inhambane es una ciudad tranquila, muy segura, limpia y cuidada. Sus edificios coloniales conviven con intervenciones mozambiqueñas muy acertadas, y todo este entorno queda rodeado por una bahía que cambia su aspecto según la marea. Allí nos instalamos en casa de Eva y disfrutamos de unos días tranquilos paseando por sus calles, tomando el sol en las playas cercanas de Praia de Tofo y Tofinho, comiendo platos locales en el mercado central y de cena en cena con todos los amigos de Eva.



Desde allí pudimos contactar con una cooperante de Amigos de Inharrime España instalada en Inharrime, Eva (parece que para trabajar en esta provincia, es condición necesaria llamarse Eva). Es la jefa de obra en la reconstrucción de una escuela de primaria en Madovela y financiada por la fundación Barceló. Así que cogimos nuevamente una “xapa” que nos llevó hasta el centro de formación donde se aloja y nos fuimos a conocer la escuela con ella. La escuela se encuentra en un lugar precioso, el edificio principal es de la época colonial, pero está en desuso, así que las clases se dan en pequeñas construcciones de madera en el exterior, sin sillas ni mesas. De momento se están construyendo dos módulos nuevos que se equiparán completamente y quizás en una segunda fase se ampliará la escuela con más módulos y se rehabilitará el edificio principal. ¡Tendríais que ver qué contentos están los alumnos!

Para seguir la ruta hacia el norte y teniendo en cuenta que se nos había quedado una espinita clavada por no haber podido coger el ferry a la ida, decidimos hacerlo  a la vuelta para desplazarnos hasta Maxixe.



De Maxixe cogimos una xapa hasta Vilankulo, un pueblecito pesquero con unas playas increíbles. Las mareas en Mozambique funcionan de la siguiente manera, cada 6 horas tienes el cambio de marea y los ciclos dependen del estado de la luna, unas veces hay más cambio de marea y otras veces menos. Nosotras coincidimos con la luna llena, así que el cambio de marea era espectacular, con la marea alta la playa desaparecía, con la marea baja, podías caminar por los bancos de arena hasta llegar a un par de quilómetros de la costa. También aprovechamos para visitar en barco el archipiélago de las Bazaruto, unas islas despobladas que forman un parque natural con arrecifes, arena blanca  y muchos peces!


Pese a la dificultosa salida de Vilankulo  (en África puedes pasarte 5 horas esperando a un autobús que pasa a las 2 de la madrugada y que no aparece nunca), por fin llegamos a Beira. Aquí nos esperaba Ana Alonso y su proyecto en el bosque, así que mañana viajaremos con ella a Gorongosa para pasar unos días entre árboles, madera y quién sabe….¡quizás algún invitado más!

Esta semana volvemos a plantear una cuestión sobre opinión, esta vez sobre la cooperación. Moçambique es uno de los países de África que cuenta con el mayor número de ONG's trabajando en su desarrollo. Y eso no deja indiferente. Además de votar, podéis dejar un comentario con vuestras opiniones. ¡Adelante!

4 comentarios:

  1. Ei M'encanta!!!!!!!! Des d'aquí pensem molt en vosaltres!

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  2. I nosaltres també pensem en vosaltres! I per cert....felicitats!

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  3. Por fin "Nad" me dio la direccion para seguir vuestra aventura :-) Muchos besos! Sanna

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  4. Welcome Sanna! Que ilusión saber que nos sigue desde el "otro lado" :) Besos desde Zanzibar

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